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Descripción
Las bodegas subterráneas de Utiel son una singular y valiosa muestra de arquitectura excavada que evidencia el uso ininterrumpido del subsuelo de la población desde la Edad Media hasta la primera parte del siglo XX. La paulatina rehabilitación de estos espacios ha permitido recuperar y redescubrir este importante patrimonio histórico y cultural que evidencia la importancia de la historia de la viticultura y el vino en nuestra población.
Aunque todavía hoy el origen de estos subterráneos es incierto, algunos pasadizos que recorren el casco histórico de Utiel tuvieron inicialmente una finalidad defensiva, ya que fueron excavados para comunicar los fuertes de la muralla medieval con la fortaleza principal, tal y como señala el historiador local Miguel Ballesteros Viana. Una vez consolidada la dominación cristiana en la zona y estabilizada la frontera entre los reinos de Castilla y Valencia, estos pasadizos perdieron su finalidad defensiva original y fueron reconvertidos en bodegas para la elaboración y conservación del vino. La primera referencia escrita a estas bodegas subterráneas se encuentra en un documento del año 1387 hallado en el Archivo de la Catedral de Cuenca, en el que se hace referencia en los siguientes términos a la compraventa de unas casas y bodegas ubicadas en Utiel:
“Sepan quantos esta carta vieren como yo Johan Martinez de Arcas et yo Maria Martinez, hermana de Johan Martinez, arcediandoque fue de Moya, moradores de laçibdat de Cuenca, otorgamos e conoscemos que vendemos a vos don Pedro Dorcales, Arçediano de Moya, tesorero del Marques, las casas e bodegas con su heredat consiete cubas e dos cubas que nos avemos e a nos pertenescen en la villa de Otiel, por preçio e quantia de çient florines de oro de la ley de Aragon…” Dado en Cuenca, a 6 de marzo de 1387″.
A mediados del siglo XVI se generalizó la construcción de este tipo de bodegas en el núcleo amurallado de la población, hasta tal punto que muchas de estas cavidades horadaron incluso el subsuelo de las calles. Este hecho dio lugar a un curioso acuerdo del Concejo, adoptado en el año 1551, por el que se prohíbe el paso de carros pesados por el interior de la villa:
“Por orden del Muy Magnífico Señor Corregidor de la Villa de Utiel y su Tierra, Doctor Don Juan de Valencia, se hace saber, que se prohíbe el paso de carros e cherriones para evitar el daño en el empedrado de la calle Real y Puerta de Requena, así como en las bodegas delas viviendas, por el movimiento de los mismos,…Utiel, año de 1551.”
En los siglos posteriores continúa incrementándose el cultivo de la vid y la producción de vino, por lo que sigue aumentando el número de bodegas excavadas. Un interesante documento del Servicio de Millones fechado el 2 de octubre de 1701, recoge el registro y aforo de vino de los cosecheros en las cuevas y bodegas de Utiel, llegando a contabilizarse 52 bodegas.
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX se produce una gran expansión del cultivo de la vid debido al aumento de la demanda de vino y aguardientes, como consecuencia de la crisis vinícola francesa. Este hecho propició la construcción de nuevas bodegas en las viviendas de los arrabales y la ampliación de las existentes en el núcleo histórico.
En 1752, en las Respuestas Generales a la Contribución Única del Catastro del Marqués de la Ensenada, aparecen junto a la relación de bodegas, los primeros maestros tinajeros con alfar propio en nuestra población: Pedro Ponce, Alphonso Hernández, Joseph Ponce Ferrer, Agustín Peralta y Pedro Poncemenor. A partir del siglo XVIII, la desaparición de los robles de los montes comarcales y la necesidad de aumentar la capacidad y mejorar la conservación del vino en los subterráneos, motivaron la sustitución de las antiguas cubas de madera por las tinajas de barro que han pervivido hasta la actualidad. Las cuevas o bodegas albergan una variada tipología de tinajas, tanto de procedencia, como de estilos, alfares y antigüedad. Sobresalen las piezas de producción propia con su sello, fecha y marca distintiva de Utiel. Su capacidad oscila entre las 6 y las 120 arrobas. También es de destacar la producción autóctona de cerámica menor o parda, como son las piezas de vajilla, pucheros, orzas, cocioles, etc.
El gremio de tinajeros alcanzó su máximo esplendor a mediados de s.XIX. En 1848 se llegan a contabilizar 18 maestros tinajeros con sus correspondientes alfares y ollerías.
Desde mediados del s.XIX hasta los primeros años del s.XX, se produce un nuevo aumento del cultivo de la vid y de la producción vinícola, dedicada mayoritariamente a la exportación. En 1842 Utiel cuenta ya con 3.600 hectáreas de viñedo y produce casi 44.000 hectólitros de vino. La apertura de la carretera de Las Cabrillas en 1847 y la inauguración de la estación de ferrocarril, en 1885, trajeron consigo nuevos conceptos de producción, elaboración, comercialización, transporte y almacenaje del vino, que conllevaron la construcción de nuevas bodegas industriales en superficie, principalmente en el entorno de la estación ferroviaria. Todo ello motivó el declive, abandono y olvido de las ancestrales bodegas subterráneas.
La rehabilitación de estas bodegas desarrollada en los últimos años ha tratado de perpetuar de forma fiel, a pesar del paso del tiempo, el conjunto de estructuras originales de estas singulares construcciones. Las que pueden visitarse en la actualidad son una muestra de las más de 500 bodegas que se estima existen en el subsuelo de Utiel, y que forman una intrincada red de subterráneos, en gran parte todavía por descubrir.
Por su antigüedad, singularidad y extensión, las bodegas subterráneas de Utiel constituyen el mejor conjunto de arquitectura excavada de la Comunidad Valenciana y uno de los más notables de España.
Texto facilitado por la Asociación Serratilla
Fecha
Desde la Edad Media hasta la primera parte del siglo XX
Links
https://asociacionserratillautiel.blogspot.com/