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Descripción
En La Casa dels Estels, todo suena familiar: los espacios, las cubiertas inclinadas, los forjados de viguetas y revoltones, los pavimentos hidráulicos… En sus paredes se conservan las cicatrices del tiempo, en los suelos resurge la textura de los pavimentos recuperados, y en sus estancias aún se respira la esencia de las casas de siempre, ahora con un lenguaje renovado. Aquí, los espacios se resignifican y se adaptan a nuevas formas de habitar; los elementos contemporáneos se leen con facilidad y dialogan con respeto con los preexistentes, en un ejercicio de reconciliación entre las maneras de vivir y construir del pasado y del presente.
Estas nuevas formas de habitar espacios construidos, con sus propios condicionantes estructurales y espaciales, requieren necesariamente una reflexión sobre el programa. Esta reflexión, inevitablemente, parte de las necesidades de quienes en el futuro habitarán la casa, pero también de la experiencia de quien proyecta. En este caso, el programa de la vivienda es breve, pero el espacio es generoso, lo que permite un juego más libre y divertido, un diálogo también con el esquema tradicional de la vivienda.
Se podría decir que los espacios del volumen principal, el original, apenas se alteran, respetando así la esencia de los espacios concatenados. Tan solo se reubica la escalera para aprovechar mejor el espacio de entrada y se incorpora un baño. Se conserva también una habitación que vuelca hacia la calle, una ventana abierta a un exterior próximo y cotidiano. En una casa que vive hacia su patio interior, esta estancia se convierte en un ancla con el entorno, con la familia que pasa llevando a sus hijos al colegio o la vecina que pasea cada mañana. La cocina se mantiene en su ubicación original, aunque se expande, colonizando algunos espacios para dotar a la vivienda de una amplitud de la que estos hogares tradicionalmente carecen, mientras que el resto del programa se vuelca hacia el patio.
El final de este recorrido de espacios concatenados de la casa se reserva al espacio más íntimo, la habitación principal, que respeta la huella de la antigua pallisa. A ella se accede mediante un nuevo conector que juega con las luces y las sombras del patio y deja vistas algunas de las cicatrices de uno de los muros de piedra originales de la casa.
La andana, un espacio que había sido oscuro y cerrado en su origen, se abre hacia el cielo con la elevación de la nueva cubierta, cuya estructura imita la tradición constructiva de estructura de madera y que ahora sirve de espacio para el estudio y la reflexión.
Seguramente, el patio de estas viviendas es, al mismo tiempo, su principal atractivo y el espacio que más demanda una resignificación. Un lugar que en su origen albergaba los usos más productivos—los baños, los animales y algún limonero funcional—, y que ahora se transforma en un espacio de ocio y esparcimiento, un pulmón que renueva la vida en el interior y que muestra con orgullo aquellos materiales cerámicos que en algún momento formaron parte de la cubierta de la vivienda. Antes cerradas y sombrías, estas casas se abren ahora sin miedo a nuevas formas de vivir el hogar.
Autor
ENDALT ARQUITECTES
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Fecha
2024